Hola, me llamo Dany Saadia.
Sí, DANY Saadia.
No soy Daniel.
Soy Dany.
Eso dice mi acta de nacimiento y mi pasaporte.
Lo juro.
Y se escribe D-A-N-Y.
He estado presente en diferentes industrias, algunas más afines entre sí que otras. Pasando por las Matemáticas (en la Universidad de Stony Brook de la State University of New York), Cine (New York Film Academy) hasta Director de Teatro (Centro de Arte Dramático AC). Estas paradas fueron esenciales para llegar a uno de los puntos clave que definieron mi carrera: el storytelling.
En 2006 filmé mi primer (y único) largometraje “3:19 Nada es casualidad”, en co-producción con España. Se estrenó mundialmente en Santa Barbara Film Festival 2008, y luego ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Málaga ese mismo año.
Por aquel entonces, cuando nadie creía o entendía con qué se comían los podcasts, sobre todo en Latinoamérica, yo percibí algo, y decidí ir por ello. Gracias a eso, fundé Dixo, y fue pionera de un modelo de producción y distribución de podcasts y, durante mucho tiempo, fue la productora de podcasts más grande en Latinoamérica.
16 años después (que no pasaron nada fácil) y de haber sobrevivido la jungla de emprender en México, Dixo lo logró (dos veces) en menos de seis meses: primero pasó a formar parte de la familia Exile Content Studio, basada en Estados Unidos, México y España, y después, se integró a la familia de Candle Media.
En toda esta odisea, aprendí tanto qué hacer, como qué no hacer.
El mundo del podcasting y el emprendedurismo (sobre todo cuando vives en México) es algo de lo que ahora quiero hablar. De estar a punto de lograr que Radiohead tocara en mi bar en la Ciudad de México (cuando aún era el DF), trabajar con proyectos de Realidad Virtual y Aumentada, hacer un cortometraje y estrenarlo en el Tribeca Film Festival (con el que gané los premios a “Mejor Guion” en el Rhode Island Film Festival y a “Mejor cortometraje” en el Austin Film Festival y estar a nada de ser nominado a un Oscar), hasta orquestar soluciones en la Web 3.0 para construir una democracia transparente y horizontal a través del blockchain.
Todo esto, pese a ser un anacoreta funcional.
En otras palabras, me dedico a contar historias y a proponer soluciones eficientes en el camino, de forma resumida y sin tanto adorno.