Sobre los Screenings (ii)
Test screening o también pase previo, es quizás una de las experiencias más enervantes (jodidas) para un director. En el modelo clásico –hay mil variantes- la distribuidora elige un lugar en el que convoca a un grupo de personas que hipotética y previamente han sido targeteados según edad, género, medios de vida, etc. y a la salida, todos opinan.
Todo es relativo. Si el responsable de marketing no tiene buen ojo, y, por ejemplo, tu película trata sobre la emocionante proeza humana del éxodo israelí y se proyecta en el barrio árabe de la ciudad… pues… como que no va a funcionar. Así que, sin el derecho al final cut, te arriesgas a que un mal screening cambie tu película, o peor, que ni siquiera se estrene. Los departamentos de marketing se toman estos eventos como ciencia pura, sin tener en cuenta lo variopinto, complejo e impredecible de la naturaleza humana.
Un buen consejo si asistes a uno de estos screenings nos lo podría dar el gran (y ya fallecido) Dennis Hopper: “Si acudes a un screening 1) No te identifiques como el director y 2) Asegúrate una vía rápida de salida de la sala”.
Universal pensó organizar un screening lo más favorable posible para su segunda película “The Last Movie”, una obra que consideraban infumable e invendible. Solución: ir a la Universidad de Iowa, que en pleno 60as estaba llena de hippies y aficionados a las drogas que podían conectar muy bien con Hopper, quién por cierto, decidió acudir. En boca de Ned Tanen, su productor y presente en la proyección, cuando ésta acabó el ambiente se empezó a caldear y de la nada se organizó una turba violenta. Tanen sacó a Hopper del lugar como pudo, pero fue incapaz de evitar que una chica le reventara la nariz a Dennis de un puñetazo, acusándolo de machista.
Y para terminar este post (aunque no descarto volver al tema en un futuro próximo), el screening con talento, es decir con directores, profesionales y críticos del medio, como tú. Estos son los peores, sin lugar a dudas, suceda lo que suceda. En realidad, sólo pueden suceder dos cosas:
a) Te mienten, no diciendo lo que piensan. En este caso, si tu película es mejorable, date por jodido porque las palabras de halago te subirán a un pedestal del que caerás miserable y dolorosamente. Como dijo San Juan de la Cruz “que lo que en breve sube en alto asiento, suele desfallecer apresurado”.
b) Te dicen la verdad. En este caso, si no tienen razón, perderás su amistad tachándolos de idiotas, y si tienen razón será más doloroso –porque lo dicen tus propios compañeros- que si te sacaran el hígado por la oreja.
Un ejemplo curioso. George Lucas tuvo la genial idea de proyectar una copia de trabajo, y sin efectos especiales terminados, de Star Wars a sus amigos del medio: Brian De Palma, Steven Spielberg, Willard Huyck y Gloria Katz (guionistas de American Graffiti e Indiana Jones and The Temple of Doom) entre otros. Scorsese, inteligentemente, se escaqueó. Cuando acabó la proyección, nadie aplaudió. Silencio. Marcia Lucas (su esposa y editora) se puso a llorar. Algunos fueron discretos, Steven Spielberg incluso previó que daría dinero, pero De Palma empezó a despotricar de tal manera que casi sale a puñetazos con Lucas. Estas son algunas perlas de la discusión: “¿Quién carajos es ese tipo que parece el hombre de lata del Mago de Oz?” “¿Dónde está el primer acto?” “Deja la merde esa de los Jedis que nadie va a saber de qué estás hablando”. JAJAJAJA.
El otro día en Twitter recomendé el documental “EASY RIDERS, RAGING BULLS”, ahora les recomiendo el libro que da pie a ese documental. Tiene el mismo título. Ahi encontrarán decenas de referencias a screenings famosos.
Una más de regalo (referida en el libro): tras una proyección de El Padrino para exhibidores (propietarios de cines), uno de ellos, enojado por la duración de 3 horas porque le restaría funciones diarias, le dijo al director Francis Ford Coppola: “Well, it ain´t no Love Story”. True story.