Sobre los Screenings (I)

Sobre los Screenings (I)

Eres director de cine y has dirigido una película. O sea, algún día tendrás que enseñar esa película. Tras meses en la caverna del montaje, alejado del contacto humano, la luz y el mundanal ruido llega el momento de compartir tu Opera Magna con el resto de los mortales. Aunque… quizás las cosas no salgan como imaginas.

Puedes comenzar con tus friends & family. Un SCREENING DOMÉSTICO es el que haces entre la gente que te quiere y que ya de por sí está bastante maravillada con que seas Director de Cine. Lo normal es que uno piense que tal proyección servirá para cargar las pilas y llenarse de autoconfianza y seguridad; vamos… que vas a disfrutar.
ERROR.
Sufrirás.
Estos screenings suelen ser torpes: el proyector no va bien, la compresión no es la adecuada, no se escucha como quisieras, tu gente entra y sale de la habitación en los momentos más dramáticos o divertidos de la película, hablan entre sí, tu sobrinito tose y sus papás se preocupan, los celulares suenan… y mientras, lo dicho, sufres.
Consejo: o no lo hagas o toma medidas profilácticas.
Hace poco, mi amigo director Isaac Ezban, me requisó el celular durante las dos horas de screening doméstico de su ópera prima “El Incidente”. Con dos cojones, así se hace.

Luego está el SCREENING PROFESIONAL, lo que haces con distribuidoras o ejecutivos de los estudios.
Si piensas que se verá tu película con mayor respeto o solemnidad que en casa, te equivocas. No voy a decir nombres, pero en un screening de mi película con una distribuidora, el decision-maker se levantó a los 20 minutos y no regresó hasta los 20 minutos del final. Eso sí, le preguntó a su asistente qué había pasado durante su ausencia.

Cuando Warren Beatty le enseñó Bonnie & Clyde a Jack Warner, éste le advirtió “Si tengo que ir a mear, la película apesta”. A los 20 minutos ya estaba camino al retrete, peregrinación que repetiría dos veces más. Cuando bajó el telón, aparte de decir (con gran sensibilidad artística) “What the fuck is this?” añadió “It´s a three-piss movie”. Y concluyeron que harían un estreno menor en un autocinema de Texas. Así trataron lo que sería la primera película en romper taquillas del Nuevo Hollywood.

Otra historia curiosa. Tras la proyección de The Fight Club los ejecutivos de Fox mantuvieron un silencio sepulcral. El ejecutivo de Marketing salió enojadísimo de la sala, corriendo, sin hacer un sólo comentario al productor –Art Linson- que lo interceptó a la salida. Pensando que tenían un fracaso entre las manos hicieron una campaña doméstica (en los US) tibia y barata echando a perder el potencial de una película que arrasó en los mercados internacionales y que marcó a toda una generación.

En el siguiente post, el SCREENING CON PÚBLICO y el SCREENING CON EL TALENTO.