Unas líneas sobre la actuación
He hecho un hallazgo.
Siempre me han fascinado, más allá de la absoluta necesidad que tengo de ellos para expresarme y hacer lucir mi trabajo: se trata de los actores y las actrices, seres con la habilidad de llevar a la excelencia dones tan humanos como la empatía y la imitación (cuya suma nos da la actuación (llamada en España: la interpretación)). Son capaces de explorar y llegar a lugares a los que nunca llegaría por mí mismo.
Mi admiración por la actuación me llevó a leer textos a los que siempre estaré agradecido: True and False: Heresy and Common Sense For the Actor de David Mamet, Sanford Meisner on Acting de Dennis Longwell y Sanford Meisner , A Dream of Passion de Lee Strasberg y el imprescindible Acting: The First Six Lessons de Richard Boleslavsky, a entrar de oyente a varias clases de actuación para entender lo que se les puede pedir a los actores, y a estudiar dos años de dirección de actores en Centro de Arte Dramático AC (CADAC) con Héctor Azar. Aunque tuve mis roces con el “Maestro”, me ayudó a entender que estamos frente algo más que una vocación o un oficio.
Durante los últimos años, tras ver trabajos propios y ajenos, he comprobado que una buena dirección puede potenciar el talento innato de un actor al igual que una mala puede hundirlo. Y a la inversa.
Y el trabajo extraordinario de un actor es capaz de disimular por su grandeza la torpe mirada del director. Y a la inversa de nuevo.
Hasta aquí nada nuevo bajo el sol. Quizás alguna anécdota sobre los grandes profesionales con los que he trabajado y alguna mala de los patanes famosillos que me ha tocado sufrir (en línea de aquello que dijo Marlon Brando de que “An actor’s a guy, who if you ain’t talking about him, ain’t listening” (“un actor no te escucha a menos que estés hablando de él”)). Pero eso va para otro post en el futuro.
Regresemos a mi hallazgo: dirigiendo el cortometraje de stop-motion “Es el mar” he encontrado las mismas virtudes y talento de los actores en… los directores de animación. Sí, esos profesionales que articulan y dan vida a los muñecos, viven y sienten a través de ellos. En los ‘acting’ previos al rodaje clavan las emociones que busco y anticipan los movimientos de los personajes con una intuición sobre anatomía, dinámica y biomecánica que ya quisiera Usain Bolt.
Durante mi investigación previa, llegué por casualidad a las neuronas espejo, que aunque no tenga mucho que ver, es fascinante. Si son científicos, no se lo pierdan. Y si no son científicos, pues nada: un tema de conversación para la reunión aburrida en casa de los suegros.
Los dejo con David Caballer, director de animación extraordinaire de “Es el mar”, animando un personaje de “Es el mar”.