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Mientras espero, desespero (1)

¿En qué se parecen un soldado, un portero suplente de fútbol y un director de cine?

Yo sé que suena chiste, pero la respuesta, nada graciosa, es que todos se preparan durante toda su vida para unos pocos momentos de acción absolutamente decisivos en los que tienen que demostrarlo TODO. Y para colmo, esos momentos pueden o no llegar nunca, o llegar muy pocas veces.
Y hay poco que uno pueda hacer llegado a un punto, más que no parar de prepararse, leer, ver y conocer. Para no desesperar.
Cuando estás en un sector en el que las decisiones dependen de terceras personas y conllevan altos niveles de riesgo –para el puesto de trabajo del decision-maker o para el patrimonio de un inversionista- cárgate de paciencia y espera. Consuélate mirando el ritmo de trabajo de la mayoría de directores en sus comienzos, en los que se ve claramente lo que han podido tardar – en algunos casos casi una década- en levantar su siguiente película. Ejemplos: David O. Russell (Silver Linings Playbook) o Richard Kelly (Donnie Darko)

En el cine mainstream americano a ese periodo de tensa espera le llaman development hell, un infierno en el que proyectos maravillosos tardan muchísimos años en obtener el ansiado green light. Ese proceso lo pueden leer en el maravillosamente narrado “Hello, he lied” de la productora Lynda Obst (Sleepless in Seattle, The Fisher King), en el que se pregunta cómo es posible que haya miles de “productores” (aquí sí con comillas) en Los Ángeles que no han producido NADA.

Una derivada del development hell es el turnaround, cuando un proyecto –tras pasar su infiernillo de desarrollo- es abandonado por un estudio, ya sea por falta de interés o por un cambio de régimen, y puesto en venta. Cuando otro estudio lo compra empieza DE NUEVO el proceso, cual maldición de Sísifo. Y por cierto, en cada paso del proceso añaden 2 o 3 guionistas.

Una de las cosas que admiro del difunto productor Don Simpson –aparte de su tolerancia a ciertas sustancias- es que cuando llegó a la Paramount quitó la casilla del ‘MAYBE’ de la plantilla que rellenaban los lectores de guión del estudio. De esa manera, los guiones o se aprobaban o no se aprobaban, y no vagaban en el limbo de la odiosa indecisión. Como nota curiosa, Michael Eisner, el jefe de Simpson, puso el proyecto “Beverly Hills Cop” en turnaround y cuando Eisner se fue a la Disney lo primero que Don Simpson le pidió a Ned Tanen. nuevo jefe de Paramount, fue recuperar ese proyecto.

La razón está clara. Es mucho el dinero, es mucha la gente que vive en cargos ejecutivos bien remunerados en esas macrocorporaciones en las que se han convertido los estudios y nadie quiere jugársela, aunque sea a riesgo de perderse el próximo “Inception”.

¿Y en el cine independiente? Eso para el próximo post, junto con buenas soluciones prácticas para combatir el letargo y la dolorosa incertidumbre.

De ego a egos

“Sé flexible como un junco y no rígido como un ciprés
Talmud

Mi rabino estaría orgulloso de que sus lecciones hayan servido para algo (de hecho sería lo único de lo que estaría orgulloso de mi, pero esa es otra historia). Y es que no se puede tener más razón. La flexibilidad es entre todas la mayor de las virtudes, y sobre todo para oficios relacionados con el arte y de naturaleza cooperativa.

Cuando el resultado final (de cualquier actividad) y el tiempo y el presupuesto dependen de ti, y tú tienes la última palabra (la quieras o no) ser flexible es la única manera de hacer las cosas de la mejor manera. Con la flexibilidad combates tus dos mayores enemigos: el ego (tú mismo) y la falta de perspectiva (en otro post hablaré como prometí de la magia del cambio de perspectiva (Lateral thinking)). Y para dar contraste a la cita de antes ahí va otra de Oscar Wilde: “Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo de estar equivocado.

Toda virtud llevada al extremo te puede llevar a un defecto, hay una deriva peligrosa entre escuchar todas las opiniones (y reconocer cuándo estás equivocado) tomando una decisión bajo tu criterio, y tomar una decisión sólo bajo el criterio de que coinciden muchas opiniones. Es entonces cuando la flexibilidad acaba en falta de criterio o de liderazgo.

Yo siempre estoy dispuesto a escuchar, y los que trabajen conmigo pueden guardar esta frase para el futuro, pero la decisión final tengo claro que es siempre mía. Aceptando las grandezas y las miserias que conllevan.

Para terminar, les dejo una frase que me he creado para estos procesos creativos. La pueden usar con exceso (y luego se la atribuyen a Einstein):

El fracaso es personal, el éxito es compartido.

Los 2 Top 10 del Cine de Mauricio T. Valle

Cuando empecé a escribir la lista de las 10 películas que en mi opinión son las más importantes en la historia del cine, la primer disyuntiva a la que me enfrente fue:
Si yo estoy escribiendo esta lista, las películas deben de ser importantes para mi, y en ese momento, las películas dejaban de ser en su gran mayoría importantes para la historia del cine y en ese instante el hacer la lista perdía sentido ya que era de las películas más importantes en la historia del cine y muchas de esas películas a mi no me significan nada.

Es importante saber que yo no soy amante del cine clásico, ni del cine de género, ni del cine mudo, pero lo aprecio o respeto o medio entiendo o algo que se le parece a las anteriores.

De esta forma decidí hacer dos listas, la primera, las 10 del cine.

La segunda, mis 10.

En conjunto, estas dos listas suman algo así como treinta y tantas películas.
Espero que las disfruten.

LAS 10 DEL CINE, son un conjunto de cintas que en mi opinión han transformado la historia del cine, y me atrevo a poner dos películas en un mismo número cuando son parte de una saga o cuando son el trabajo de un autor que de una a otra película evolucionó a tal grado que vale la pena revisar las dos para entender mejor su legado.

MIS 10, es absolutamente personal. Películas que me han marcado y sin ellas mi historia no seria la misma. Estas películas han sido influenciadas por muchas de la lista anterior y por eso no están ahí.

Un ejemplo para dejar claro el criterio de selección sería Ordet.
Ordet le dio vida a Breaking the Waves y más tarde a Luz Silenciosa. La única que se merece estar en esa lista de clásicos del cine es Ordet.

10 del Cine
1 – Tokyo Story (Yasujirô Ozu)
2 – The Passion of Joan of Arc // Ordet (Carl Theodor Dreyer)
3- À bout de souffle //Le Mépris (Jean Luc-Godard)
4- 8 ½ // La dolce vita (Federico Fellini)
5 – L’avventura / La notte (Michelangelo Antonioni)
6- The Godfather // The Godfather II // Apocalypse Now. (Francis Ford Coppola)
7 – Ladri di biciclette (Vittorio De Sica)
8 – Persona (Ingmar Bergman)
9- 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick)
10- Mirror / Stalker (Andrey Tarkovskiy)
11 (Bonus tracks) In the Mood for Love / Vertigo / Dancer in the dark .

Mis 10.
1 Breaking the waves (Lars Von Trier)
2 Happy Together (Wong Kar Wai)
3 Pierrot Le Fou // Le Mépris (Jean Luc Godard)
4 Le temps qui reste (François Ozon)
5 Those who love me can take the train (Patrice Chéreau)
6 A Woman Under The Influence / The Killing of a Chinese Bookie (John Cassavetes)
7 Dead Man (Jim Jarmusch)
8 All The Real Girls (David Gordon Green)
9 The Royal Tenembaums (Wes Anderson)
10 The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford (Andrew Dominik)

Mi Top 10 de la Historia del Cine

1.- Bleu – La perfección nunca volvió a ser lo mismo después de Krzysztof Kieslowski.

2.- Double Indemnity – El film noir y las femmes fatales nunca volvieron a ser lo mismo después de Billy Wilder.

3.- Pulp Fiction – Los diálogos nunca volvieron a ser los mismos después de Quentin Tarantino.

4.- Memento – La edición nunca volvió a ser la misma después de Christopher Nolan.

5.- The Wild Bunch – El gore nunca volvió a ser lo mismo después de Sam Peckinpah.

6.- Goodfellas – El voice-over nunca volvió a ser lo mismo después de Martin Scorsese.

7.- Citizen Kane – Los emplazamientos de cámara y el uso de los lentes de cine nunca volvieron a ser lo mismo después de Orson Welles.

8.- Manhattan – Las relaciones humanas nunca volvieron a ser las mismas después de Woody Allen.

9.- Monsieur Hire – Las obsesiones eróticas nunca volvieron a ser las mismas después de Patrice Leconte.

10.- The Big Lebowsky – Las situaciones ridículas nunca volvieron a ser las mismas después de Joel y Ethan Coen.